«Quiero cambiar la puerta de mi casa, ¿qué hago?»

Un cambio sencillo como puede ser la puerta de entrada de la casa es una gran forma de darle una nueva visión exterior a la casa, ya que es una nueva perspectiva, haciendo que parezca totalmente distinta. Sin embargo, a la hora de cambiar la puerta principal, hay que tener en cuenta otros detalles además de la estética para que no suponga un problema. ¿Sabes de qué estamos hablando? 

¿Qué tener en cuenta a la hora de cambiar la puerta de tu casa? 

La estética en la puerta de entrada de una casa es importante porque es la cara al exterior, pero también lo es la seguridad de la misma por ese preciso motivo, ya que es el elemento que protege la casa y nos proporciona seguridad y confort cuando estamos en ella. Por supuesto, una puerta de entrada tiene que ser una estructura maciza y robusta que resista bien los golpes y empujones, en caso de que alguien quiera entrar. Así, existen tres partes principales a tener en cuenta: 

  • Sistema de seguridad y cierre. Normalmente, para forzar la entrada en una vivienda u oficina, lo primero en intentar forzar es la cerradura. Por ello, una puerta segura debe contar con una cerradura de alta seguridad, de entre 3 y 5 puntos de cierre, bombín de seguridad, llave incopiable protegida con patente, varios balones y escudo aborcadado. Además, una opción muy interesante puede ser también un cerrojo extra o una cerradura con alarma que se active con el contacto con la puerta. Todo para darle un refuerzo extra a tu casa. 
  • Estructura interna. Dependiendo del tipo de puerta, como veremos a continuación, la estructura interna de la misma será más fuerte o más débil. Las puertas macizas, aunque su nombre engañe, son las menos fuertes, seguidas de las metálicas, las blindadas y, como elemento más fuerte y resistente, la puerta acorazada. 

Tipos de puertas

Existen cuatro tipos de puerta de entrada principal, según la estructura y los materiales utilizados en la fabricación de la misma. Comenzando de las más débiles a las más fuertes:

    1. Puerta maciza. Se trata de puertas fabricadas con materiales más rústicos como la madera. Al tratarse de elementos más decorativos, normalmente se recomiendan para residencias secundarias en zonas de campo o de montaña, aunque siempre contando con refuerzos como segundas cerraduras o cerrojos. 
    2. Puerta metálica. Este tipo de puertas son más resistentes y están fabricadas con una doble chapa de acero galvanizado. Además, por otro lado, este tipo de puertas permiten mejor el aislamiento del sonido frente al exterior gracias al relleno de espuma y poliuretano de su interior. 
    3. Puerta blindada. La segunda opción más segura son las puertas blindadas, ya que cuentan con refuerzos de hierro para mayor seguridad y tienen un marco de MDF revestido de una chapa de madera. Por otro lado, son más recomendadas para viviendas de interior que para viviendas de exterior, es decir, dentro de un portal o edificio. 
    4. Puerta acorazada. Por último, la opción más segura se trata, sin duda, de las puertas acorazadas, ya que cuentan con un acero para reforzar el marco y la hoja. Además, sus paneles exteriores suelen ser de materiales que resistan bien las inclemencias climáticas y el paso del tiempo, por lo que son perfectas para viviendas y casas individuales. 

¡Sólo tienes que decidir el tipo de puerta que quieres para tu hogar en función del material y el tipo de vivienda! Te invitamos a visitar la página de Bennú Interiorismo para ver fotos de proyectos que ya se han realizado, como para contactar si tienes alguna duda o quieres comenzar con vuestro proyecto.